La respuesta a la pregunta es que ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Como todo en esta vida, hay buenos empresarios y malos empresarios, así que generalicemos un poco.
Lo que tienes como conductor asalariado es una relación laboral contractual, regulada por una serie de normas y leyes, que obligan a una parte y a la otra. El empresario, por contra, tiene una relación mercantil con sus clientes. Una de las primeras cosa que empresario y trabajador tienen que entender es que la amistad se queda en la puerta de la empresa, y mal negocio es contratar amigos o dejarte contratar en confianza de una presunta amistad,
Tu, como asalariado, «alquilas» tus capacidades, tu saber hacer, tu fuerza de trabajo, a un empresario, a cambio de un dinero y una serie de condiciones en que realizarás tu trabajo: horario, descansos, vacaciones, previsión por enfermedad o accidente, etc. No participas en los beneficios de la empresa, no eres parte de su gestión, ni dueño de los medios de producción (camiones, almacenes, ordenadores). Por el contrario, el empresario es dueño y señor de todo, para eso arriesga su capital y muchas veces su patrimonio, a cambio los beneficios que obtenga son suyos, igualmente sucede si lo que tiene son pérdidas, por ello debe hacer sus previsiones, sus estudios de solvencia y establecer sus márgenes de seguridad financiera. Si gana una fortuna, es para él, si pierde, también es para él. Tú percibirás aquello por lo que fuiste contratado y establecido en base a los estudios financieros y de negocio que ese empresario ha realizado, y el sabe, o debe saber, que si el negocio no da para ello, no debe contratar a nadie.
¿Y qué sucede cuando una empresa pierde dinero? En ese caso, se supone que el empresario tiene capacidad financiera, para eso hizo sus previsiones, para sortear esas pérdidas en espera de tiempos mejores. Y en el caso de que esas pérdidas fueran insuperables tiene varios caminos, que se contemplan en las legislaciones laborales: descolgarse del convenio colectivo (lo que le permite pagar menos a sus empleados), ir a una Regulación de Empleo (lo que le permite prescindir de empleos) e incluso declarar la Suspensión de Pagos, el Concurso de Acreedores, la quiebra. Todo ello requiere los pasos legalmente establecidos, que el susodicho empresario tiene que conocer, para eso se metió en ese mundo y es su obligación conocerlo, y que necesariamente obliga a la presentación de los estados contables y a que sean conocidos por los trabajadores y representantes de los mismos, y que un juez lo valide. Es decir, no es llegar y «chicos, que esto no da, que tengo que reducir el salario». Debe demostrar fehacientemente sus palabras. Y esto último, en el sector del transporte, no gusta demasiado.
En otras palabras: cuando uno decide meterse a la aventura del empresariado, y además considera que le va de maravilla como para contratar a trabajadores, debe ser consciente de lo que hace, y debe tener sus números perfectamente perfilados, y por tanto eso de «es que mis clientes no me pagan lo suficiente» no es excusa en modo alguno, y yo como trabajador asalariado, no tengo que ayudar, apoyar, ni sentir empatía alguna por nadie que no sea yo mismo, mi familia y el resto de mis compañeros, el empresario no es mi enemigo, tampoco es mi amigo, es una parte más de la cadena laboral, que ha decidido meterse a la aventura empresarial para ganar más dinero que yo, porque se considera mejor capacitado, porque tiene más inventiva, porque tiene más capacidad de decisión, porque es más valiente…, por lo que sea, eso a mi, ni a ti, me tiene que importar lo más mínimo, y ese empresario es responsable de sus éxitos y de sus fracasos. Punto. Tu no. Lo he dicho muchas veces, si no da, despide, cierra, pero no me cuentes tu vida, no me interesa. Yo no vivo de amor y buen rollo, en el supermercado lo del «buen rollito» no me lo compran, y el mundo de los empresarios está lleno de ciudadanos con impagos y que cierran sus empresas de un dia para otro y desaparecen sin mas ni más, aunque eso sí, con buen rollito con sus empleados ¿Cuántos ejemplos conocéis de eso?.
Por tanto, no deja de ser sorprendente encontrarte alguna asociación empresarial (con cara más dura que el cemento armado) o sindicato de conductores (estos de buena fe), muy minoritario, que pide unión entre empresarios (los autónomos son empresarios) y conductores asalariados. Es como agua y aceite. Si hacen viajes por debajo de sus cálculos de coste, no es tu problema, es el suyo, si no han realizado cálculos de las averías del vehículo no es tu problema, es el suyo, si las multas por tacógrafo son excesivas en sus cuentas, no es tu problema, es el suyo, si pierden cargas porque se tarda más o menos en descargar, no es tu problema, es el suyo, si roban la mercancía porque no quiere pagar un aparcamiento seguro, no es tu problema, es el suyo.
Es empresario porque se considera capacitado para que todas esas cosas anteriormente citadas no pasen, porque las puede gestionar sobradamente. Si lo hace mal puede ser que la causa sea que se equivocó, y tendría que ser conductor asalariado y no empresario. No. Yo no tengo que meterme en las cuentas de la empresa salvo que el empresario me convierta en socio de su empresa y yo lo acepte. A mi cuando me contrata tiene que tener en cuenta los costos: mi salario conforme a convenio, las horas nocturnas y extraordinarias, mis conceptos no salariales como dietas conforme a convenio, los imprevistos como son averías, dormir en hotel cuando toca, previsión económica para sanciones etc etc.
Yo tengo que ser consciente de mi trabajo, optimizar al máximo el rendimiento del vehículo, asegurarme de que la mercancía se entregue en buen estado, cuidar de la maquinaria que se me confía, estudiar la ruta para planificar mis descansos, ser consciente de que muchas veces voy dormir fuera de casa, que puede que pase fines de semana fuera de mi casa, que tendré que conducir de noche, que tengo que cuidar mi imagen porque es la imagen de mi empresa. El empresario tiene a su disposición una serie de medidas en caso de que yo no cumpla, recogidas en convenio colectivo, sanciones leves, graves y muy graves. Este es el juego, y el que juega debe conocer las reglas, y si no las conoce, o no las conocía, nunca debió de meterse, o quizá debió conocer el momento en que debería haberse apartado.
En este país, demasiados empresarios han jugado a calcular costes en base a saltarse lo establecido en la legislación laboral y en los convenios colectivos, en base a no respetar horarios, ni remuneraciones, en base a considerar el 561/2006 como una norma laboral, cuando no lo es, nuestra normativa laboral la fija especialmente el Convenio Colectivo, el RD 1561/1995 de Jornadas Especiales de Trabajo y el Estatuto de los Trabajadores: a saber y en líneas generales, 12 horas de jornada máxima de trabajo, con un límite de 60 semanales y siempre y cuando no se superen las 48 de promedio y 4 meses, con un tope genérico de 1800 horas anuales después de las cuales te vas de vacaciones pagadas a tu casa, con un máximo de tiempos de presencia de 20 horas semanales y un tope de 80 horas anuales extraordinarias, y 12 de descanso diario que pueden ser reducidas a 10 compensando las 2 horas. Este es en grandes rasgos nuestro «horario».
Dentro de esas 12 horas de jornada el empresario debe calcular tu conducción, cargas, descargas, descansos entre conducción y presencia. ¿lo hacen? La mayoría no, de hecho muchos de vosotros creéis que tenéis 15 horas diarias de presencia, y es falso, os lo han hecho creer, que es diferente. Cuando os paga, ese pobre empresario con problemas, 2.200 euros con todo dentro en nacional, y decis «no es mala cosa» ¿Habéis hecho las cuentas? ¿Cuánto es de salario real? ¿Cual es vuestra cotización?.
En muchos casos, al prorratear las pagas extras, estáis percibiendo de dietas poco más de 400 euros de ese pobre empresario que ahora pide nuestra colaboración, el precio de un menú es de unos 13 euros de media, pongamos que trabajamos 20 días al mes, poquísimo, y que solo almorzamos, no tomamos ni un café, ni una cerveza a la noche, ni cenamos, ni desayunamos: 260 euros. Solo en almuerzos, nada más, y trabajando 20 días. La mayoría llevareis comida de casa, y entre todos los conceptos antes citado, esos 400 euros no dan para nada. En resumen, esos 2.200 se quedan en 1.800, sin descontar nada mas que eso que sabéis la mayoría no es suficiente, y a cambio de eso, toda la semana sin ver a tu familia. ¿Y nos piden colaboración y empatía?.
Pero es que además ¿Cuántas horas le metiste para ganar ese salario?. Pues fácilmente mucho menos de lo que gana una Kelly por hora, la media en el transporte por hora trabajada no llega a 3 euros. ¿Y nos piden ponernos en su piel?. Hagan bien sus números, y si no pueden, cierren, despidan, cobren lo que tengan que cobrar, hagan su trabajo, dejen de llorar por las esquinas y de intentar que otros les arreglen lo que es una tarea empresarial desarrollada libremente y a la que libremente ustedes se han apuntado. Dejen de responsabilizar al resto del mundo de lo que es única y exclusivamente su problema.
Finalmente, recordaros a todos los trabajadores asalariados que sois obreros, trabajadores con una nómina, que sois una clase social que debe permanecer unida, que tenemos que recuperar esa conciencia de lucha obrera que es la que hace 100 años logro cosas como establecer las jornadas laborales de 8 horas, eliminar el trabajo infantil, conseguir la protección por desempleo, el derecho de jubilación, los seguros de enfermedad, la protección por enfermedad laboral, la sanidad pública y mil cosas más, cosas que están en riesgo porque nos hemos olvidado de qué somos, de donde venimos, cosas que los empresarios no deseaban en su momento, se hundía el mundo y la economía con jornadas de 8 horas o con la eliminación del trabajo infantil, y no dejaros engañar por cantos de sirena muy adornados con música barata prefabricada, no dejéis que os usen, reclamar lo que en justicia es vuestro, porque nadie os va a dar nada.
¡¡Buena ruta a todos!!.
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