La Asamblea de los Trabajadores Europeos del Transporte (ETF), sus afiliados y una importante delegación de trabajadores ferroviarios de la ETF se han unido con la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en una marcha hacia las instituciones europeas en Bruselas. Su objetivo es expresar una fuerte oposición a los planes para el inicio del programa de austeridad 2.0 previsto para el próximo año.
Los trabajadores ferroviarios de la ETF tienen un mensaje apremiante para la Comisión Europea: piden a la Comisión que estimule de forma proactiva la revitalización del transporte ferroviario de mercancías en toda Europa. Este llamado incluye abogar por mayores inversiones públicas y declarar el transporte ferroviario como un servicio de interés público.
El transporte de mercancías por ferrocarril es un modelo de sostenibilidad medioambiental, ya que emite nueve veces menos CO2 que el transporte por carretera para las mismas cantidades de carga. Cada tren de mercancías en Europa sustituye efectivamente a más de 50 camiones en las carreteras, lo que convierte el transporte de mercancías por ferrocarril en uno de los medios de transporte de mercancías más respetuosos con el medio ambiente. Esto juega un papel fundamental en el logro de los ambiciosos objetivos del Pacto Verde.
Sin embargo, a pesar del objetivo de la Comisión Europea de duplicar la cuota modal del transporte de mercancías por ferrocarril para 2050, la cuota modal actual del ferrocarril en el transporte de mercancías europeo se sitúa en un mínimo histórico del 11,5% en 2020 desde que el sector se liberalizó en 2006.
Para complicar aún más las cosas, la Comisión Europea está llevando a cabo investigaciones sobre dos de los mayores operadores ferroviarios de mercancías de Europa, DB Cargo y SNCF Fret, por presuntamente recibir ayuda estatal ilegal. En respuesta, estas empresas están formulando planes de reestructuración que podrían tener consecuencias nefastas para el clima, el sector y su fuerza laboral.
En Alemania, los planes de DB Cargo prevén la pérdida de 1.800 puestos de trabajo, lo que podría suponer la adición de 40.000 camiones adicionales a las carreteras cada día si desaparece la carga de un solo vagón. Mientras tanto, en Francia, la SNCF y las propuestas del Estado francés para la ‘discontinuidad’ de SNCF Fret podría suponer una reducción del tráfico del 20% sin alternativas claras para su absorción, acompañada de la pérdida de 500 puestos de trabajo.
Las ramificaciones de tal reestructuración serían profundas, con el riesgo de un cambio modal inverso del ferrocarril a la carretera. Este cambio está impulsado por la creencia equivocada de que una mayor competencia mejorará el transporte ferroviario a pesar de la evidencia contraria que abarca las últimas dos décadas.
La ETF exige inequívocamente que la Comisión Europea detenga sus investigaciones sobre estas empresas y en su lugar designe el transporte ferroviario como un servicio de interés general. Los formuladores de políticas deben reconocer los beneficios integrales que brinda el transporte ferroviario, no solo a la economía sino también al clima, el medio ambiente y la sociedad en general.
Con sus economías de escala inherentes y su extensa red integrada con cooperación transfronteriza, el transporte ferroviario de mercancías debe ser apoyado y fomentado activamente a través de políticas sólidas. En lugar de promover medidas de austeridad y penalizar a las autoridades por invertir en este modo de transporte ecológico, la Comisión Europea debería encabezar políticas que incentiven las inversiones en transporte ferroviario.
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