Se informa que China está imponiendo nuevas «tarifas portuarias» en represalia por la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a los barcos construidos en China y a los operadores de barcos chinos.
Varios artículos en la prensa china han afirmado que el primer ministro Li Qiang acaba de aprobar, el 30 de septiembre, medidas que permitirán a China cobrar “tarifas especiales” a los buques que hagan escala en puertos chinos, restringir el acceso a ciertos puertos y restringir el acceso a ciertos datos y servicios cuando se utilicen puertos chinos.
Los detalles de estas medidas fueron imprecisos, ya que los medios de comunicación no mencionaron ninguna fuente documental y no parece haber forma de comprobar la exactitud de lo que se dice. Sin embargo, parece probable que los informes cuenten con la aprobación o provengan de fuentes del gobierno chino.
Un informe mencionó específicamente las implicaciones para las navieras estadounidenses. El South China Morning Post, con sede en Hong Kong y hasta hace poco menos receptivo a la presión del gobierno chino que las publicaciones de China continental, publicó un artículo que mencionaba directamente a Matson Inc., afirmando: «Las represalias chinas propuestas en la revisión podrían afectar a los buques estadounidenses, incluidos los que enarbolan bandera estadounidense o son propiedad de empresas estadounidenses, principalmente a la naviera Matson, según declaró el martes el analista de transporte marítimo de Haitong Futures, Lei Yue».
El sistema arancelario diseñado por la administración de Donald Trump está previsto que entre en vigor el 14 de octubre, aunque el cronograma de cobro completo está diseñado para implementarse gradualmente durante un período de años.
Políticas como las que acaba de articular el gobierno chino están casi con certeza diseñadas para otorgar a los negociadores chinos mayor poder de negociación con el gobierno estadounidense. La consecuencia parece ser que los proveedores estadounidenses de servicios logísticos podrían ser el blanco del gobierno chino para obtener ventaja negociadora. La falta de claridad sobre la naturaleza de las regulaciones puede ser casual o deliberada, lo que permite a China atacar no solo las operaciones de transporte marítimo directo entre EE. UU. y China, sino también otras inversiones y operaciones estadounidenses en el mercado logístico chino.
Autor: Thomas Cullen
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