
El presidente del ente público Puertos del Estado, Gustavo Santana, con la colaboración de la presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia, Mar Chao, ha decidido organizar el próximo mes de marzo el primer Congreso Nacional del Sector Portuario. La iniciativa es positiva, ya que permite dar visibilidad a las actividades, retos y necesidades de los puertos españoles, además de favorecer el intercambio de experiencias y la identificación de buenas prácticas, un ejercicio claro de benchmarking sectorial.
El programa del congreso incluye los siguientes bloques temáticos:
- Visión estratégica
- Evolución del sector
- Cadena de valor
- Seguridad y gobernanza
- Sostenibilidad
A este encuentro han sido convocadas diversas organizaciones y entidades del ámbito marítimo-portuario —entre ellas UGT, Coordinadora o la Asociación de Navieros (ANAVE)—. Sin embargo, no se ha invitado a los representantes de la Marina Mercante Española, en particular al Colegio Oficial de la Marina Mercante Española (COMME), pese a que la actividad de los puertos depende de forma directa del trabajo de los marinos: son ellos quienes transportan las mercancías que entran y salen de los puertos españoles.
Los marinos españoles realizan las operaciones de carga, descarga, atraque, estiba, trincado, cálculos de estabilidad del buque, búnker y todas las actividades necesarias para que un buque opere con seguridad, tanto en puerto como en navegación. Incluso cuando intervienen estibadores u otros equipos externos, estas tareas se realizan bajo la supervisión y responsabilidad de la tripulación, ya sea con medios propios del buque o con equipos facilitados por el puerto.
Conviene recordar que el 80 % del comercio marítimo mundial —unos 11.000 millones de toneladas— corresponde a graneles sólidos y líquidos, esenciales para la energía, la alimentación y las materias primas, y que son manipulados directamente por los marinos. El transporte de contenedores ronda los 1.800 millones de toneladas, y la carga general, los 900 millones. Estas cifras reflejan que los marinos son una profesión estratégica y un eslabón imprescindible de la cadena logística mundial: sin su trabajo, los puertos carecerían de sentido.
Estudios de la ONU y la OMI advierten que, si el transporte marítimo fallara en su misión, la mitad de la población mundial pasaría hambre y la otra mitad sufriría frío. El ejemplo más cercano es la pandemia: mientras el mundo se paralizaba, el transporte marítimo y sus tripulaciones siguieron trabajando al 100 %, garantizando el suministro de energía y alimentos. Muchos marinos permanecieron hasta 25 meses embarcados sin poder ser relevados, sin apoyo institucional y, en muchos casos, sin siquiera conexión a internet por razones económicas.
Por todo ello resulta incomprensible que el presidente de Puertos del Estado, Gustavo Santana, haya decidido organizar un congreso nacional del sector portuario sin contar con los marinos mercantes, lo que constituye un error de enorme magnitud. Esta exclusión solo puede interpretarse como desconocimiento del sector, desconsideración hacia quienes lo sostienen, o ambos motivos a la vez.
Actuaciones como esta refuerzan la percepción de que la gobernanza portuaria española adolece de un grave problema estructural: la designación política de cargos que, en muchos casos, carecen de experiencia en el sector y delegan la operativa real en los equipos técnicos —el conocido sottogoverno. Es urgente revisar este modelo y poner fin a estas prácticas que funcionan como “puertas giratorias”.
En consecuencia, no solicito, sino exijo al presidente de Puertos del Estado que el Colegio Oficial de la Marina Mercante Española (COMME) sea invitado a participar en el congreso. No es posible diseñar políticas portuarias sólidas ignorando a quienes hacen posible el funcionamiento mismo del sistema marítimo-portuario.



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