La Confederación Hidrográfica del Duero confirma que tramita por fin una sanción a Adif y a algunas empresas que ejecutan las retrasadas obras del AVE. Un expediente de infracción impulsado sólo tras la denuncia ante la Unión Europea por el destrozo de los acuíferos en la Montaña Central leonesa por parte de los pueblos afectados, que exigen además que el agua deje de escaparse como un río hacia Asturias y se recupere completamente.
Es oficial. Muchos años después de que las monstruosas obras para ejecutar bajo la Cordillera Cantábrica el acceso para el AVE entre León y Asturias en la Variante de Pajares, tras una chapuza de enormes dimensiones que pinchó los acuíferos hasta dejar a pueblos enteros sin ríos ni agua potable, después de años de dejadez total por los gravísimos daños hidrogeológicos causados, por fin la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha tomado cartas en el asunto.
Está por ver cómo y cuando se resuelve, pero al menos la Confederación que depende del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha confirmado a los pueblos afectados y a su representación legal la incoación de un expediente de infracción, sancionador, contra la empresa pública responsable de las obras de la Variante de Pajares -Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif-, así como otros expedientes a algunas de las UTEs adjudicatarias en los tramos donde resultaron más graves los daños hidrogeológicos causados.
Daños que tuvieron que ser objeto de una denuncia formal de los pueblos de la Montaña Central directamente ante la Unión Europea, paso sin el cual CHD no había tomado jamás medida de ningún tipo. Al contrario que sí había ocurrido en la Confederación Hidrográfica del Norte, que suma casi medio centenar de expedientes por motivos, algunos, de mucho menor calado que en León.

Otros 13 tramos de ríos perdieron caudal hasta en un 31% (ríos Casares; arroyo Folledo; arroyo Alcedo; río Viadangos, río Valgrande; y río Bernesga). Se produjeron hasta nueve sumideros por colapso de cavidades kársticas (es decir, simas en la superficie que caen a fosas profundas, en Geras; arroyo Folledo; río Casares; la Hoz del Cólito; La Reguera; y arroyo Alcedo, donde se contabilizan cuatro diferentes.
Y según las mismas fuentes oficiales, hubo «fuerte disminución del caudal o secado del abastecimiento» de agua a los pueblos de Beberino; Ventosilla de la Tercia; Paradilla de Gordón; los manantiales de San Antón y Canalina Izquierda de Rodiezmo; el manantial de La Malena y el de La Hoz de Simiel también en Rodiezmo; y la fuente del Turrón en Casares de Arbas.
Una auténtica tragedia que hasta ahora nadie responsable de la cuenca leonesa, así como tampoco la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, se había encargado no sólo de resarcir sino tampoco de responsabilizar a nadie a quien exigirle soluciones a los daños causados.
Al menos ahora la reacción de CHD difiere de la negativa a sancionar que había decidido en 2014, hace sólo tres años, tras la denuncia interpuesta por la Federación de Entidades Locales Menores y la asociación Lacerta, quienes se llevaban las manos a la cabeza recordando que se dejaba impune el trasvase de millones de litros de agua mientras esta misma entidad «a un particular que pone un plástico en una presa o un río para regar se le multa con 4.000 euros».
Se aducía entonces que la Ley de Aguas, en su artículo 116, califica como infracción las acciones que causen daños a los bienes de dominio público y la derivación de aguas de sus cauces, así como alumbramiento de aguas sin concesión o autorización. Un caso que se daba en la Montaña Central leonesa en una proporción sin precedentes.
Fuente: ileon.com



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