El Ministerio de Fomento no se quedará con las autopistas en quiebra que tenga que rescatar, sino que las sacará de nuevo a concurso para volver a ceder su explotación a empresas privadas, gracias a que actualmente vuelven a ser viables.
El Departamento que dirige Íñigo de la Serna obtendrá así recursos para afrontar «en gran medida» el coste de la responsabilidad patrimonial de la administración (RPA) que supondrá su rescate y evitar que recaiga en las arcas públicas. La RPA es el importe que la Administración debe abonar a los actuales concesionarios de las autopistas en el momento en que supondrá su rescate y evitar que recaiga en las arcas públicas.
La RPA es el importe que la Administración debe abonar a los actuales concesionarios de las autopistas en el momento en que reviertan al Estado por la inversión que realizaron en su construcción, una ‘factura’ «inferior a los 3.000 millones de euros», según el ministro, pero que el sector calcula en unos 5.000 millones.
Además, al ceder de nuevo en concesión las autopistas al sector privado, Fomento busca evitar también el coste que las autopistas suponen en términos de mantenimiento, conservación y personal, estimado en unos 65 millones de euros anuales. Asimismo, asegura que la nueva contratación de las vías se haría ya con la garantía de que no volverán a caer en la situación en que se encuentran, dado que, según Fomento, se han llevado a cabo los cambios legislativos necesarios».
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