La Comisión Europea (CE) presentó hoy una propuesta legislativa para modernizar el sector del transporte rodado en la Unión Europea a largo plazo a través de la lucha contra el trabajo ilícito, de la reducción de las emisiones contaminantes y de la digitalización y el abaratamiento de los procedimientos.
Uno de los puntos más controvertidos del llamado «paquete de movilidad», que supone la primera de ocho reformas relacionadas con el transporte que Bruselas espera proponer a los Veintiocho antes de que termine el mandato del actual Ejecutivo comunitario en 2019, busca mejorar «las condiciones sociales y laborales de los trabajadores». Se refiere, en concreto, a la situación de los camioneros contratados en países comunitarios con sueldos bajos para operar en países miembros con salarios mínimos y derechos sociales más elevados, en un sector que emplea en la UE a unos 5 millones de trabajadores de unas 560.000 empresas, en su gran mayoría pequeñas o familiares.
«La nuevas reglas garantizarán una mayor remuneración si un conductor trabaja al menos 3 días al mes en un Estado miembro con una paga más alta», propone la Comisión Europea en su revisión legislativa, que tendrá que negociar con la Eurocámara y el Consejo, que representa a los países de la Unión Europea (UE). Si la propuesta prospera, será obligatoria para los Veintiocho e irá acompañada de una simplificación burocrática para que las empresas puedan reducir costes, así como de controles reforzados para evitar el fenómeno de los «conductores nómadas» que nunca regresan a casa.
«Hoy se crean compañías falsas solo para evitar pagar impuestos», declaró la euro comisaría de Transporte, Violeta Bulc, al presentar el paquete legislativo, que también persigue garantizar que los conductores no duermen el fin de semana en la cabina del camión, sino en su casa o en un hotel, y que al menos cada tres semanas duermen en su domicilio.
El segundo de los ejes de la propuestas es medioambiental, dado que el transporte rodado es responsable del 20 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, y parte del esfuerzo futuro se centrará en los peajes en las carreteras. Estos son opcionales en los Estados miembros, pero quienes los apliquen tendrán que estandarizar sus normas a nivel comunitario, por ejemplo, basando la tasa en la distancia recorrida, de forma que se refleje mejor la incidencia medioambiental del vehículo y su consiguiente gravamen.
La Comisión Europea invita además a los países a «recompensar» a los vehículos menos contaminantes y obliga a digitalizar gradualmente los procesos para que haya un sistema único para atravesar un peaje que sea compatible en el conjunto de la UE en el horizonte de 2025. También con el objetivo de reducir las emisiones de CO2, Bruselas fomenta la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos de manera que para 2020 se espera que haya 1.200 puntos de carga en la UE que hayan recibido apoyo financiero comunitario.
«Nuestras reformas sentarán las bases para implantar soluciones digitales estandarizadas en el transporte por carretera, establecer unas condiciones sociales más justas y garantizar el cumplimiento de las normas de mercado», declaró la euro comisaría de Transporte.
El vicepresidente de la CE para la Unión de la Energía, Maros Sefcovic, subrayó que «el mundo del transporte está cambiando radicalmente» y «Europa debe aprovechar esta oportunidad y moldear la movilidad del futuro». «Es nuestra única posibilidad de ‘reinventar la rueda’. Me gustaría que nuestra industria no solo formara parte del cambio global, sino que marcara la pauta», agregó. EFE
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