Las emisiones de metano de los buques propulsados por GNL son mucho menores de lo que se temía según una investigación realizada durante 12 meses a bordo del buque Salamanca de Brittany Ferries.
La compañía marítima está totalmente comprometida en reducir lo máximo posible las emisiones de gases de efecto invernadero de sus buques. Sin embargo, afirma que los impuestos sobre el cambio climático deben basarse en valores reales y actuales, en lugar de en datos que están desactualizados.
El mensaje llega tras la publicación de un estudio independiente realizado por investigadores franceses. Durante doce meses se tomaron muestras de las emisiones de la chimenea del buque Salamanca de Brittany Ferries que es propulsado por GNL. Los resultados mostraron que el metano no quemado, a veces denominado “fuga de metano»», era aproximadamente un 50% inferior a los valores predeterminados y establecidos en la normativa europea sobre emisiones del transporte marítimo.
En el estudio dirigido por Benoit Sagot, profesor e investigador de la escuela superior de ingenieros de ESTACA, se descubrió que la “fuga de metano»» anual es del 1,57%, muy inferior a las estimaciones reglamentarias, que rondan en torno al 3,5%.
«Apoyamos por completo el principio establecido de que quien contamina paga, pero las normas deben basarse en datos reales», afirmó Christophe Mathieu, director general de Brittany Ferries. «Los datos muestran que las emisiones de nuestros buques de GNL son muy inferiores a lo que se había calculado. Por lo tanto, esto debe reflejarse en las normativas reguladoras, teniendo en cuenta que son la base de las sanciones que debemos pagar».
«Los resultados de esta investigación independiente han sido revisados por expertos y deberían servir de base sólida para los reguladores europeos e internacionales», continuó. «Hemos realizado una importante inversión en GNL, como combustible más limpio y ecológico, con cuatro nuevos buques. Es importante que se nos reconozca por nuestro enfoque líder en el sector y que no se nos penalice por emisiones fantasma que solo existen en una hoja de cálculo teórica».
Brittany Ferries se complace en haber contribuido a la investigación realizada en colaboración con la ADEME (Agencia Francesa de Transición Ecológica). Las lecturas se tomaron en las rutas de ferry Rosslare-Bilbao y Rosslare-Cherburgo durante todo un año. Además, está dispuesta a acoger campañas y estudios de seguimiento y abierta a propuestas para utilizar sus buques propulsados por GNL, en un espíritu de transparencia y acción colectiva.
«Los reguladores deben seguir la ciencia y aplicar políticas que fomenten, en lugar de penalizar, las tecnologías marítimas con bajas emisiones de carbono«, concluyó Mathieu.
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